Un Pequeño Resumen de Wichganga-Chacas-Ancash

¡Rayos! Estoy que elaboro algunos proyectos, pero mi PC se ha llenado de virus y la hoja de cálculo se hizo un desorden, conclusión mi arduo trabajo de estos dos días se perdió por completo, supongo que no debí trabajar en semana santa. Tal vez lo mejor que hubiese hecho es acompañar al señor de los milagros o visitar a mi madre que se encuentra en Chacas. Pero gracias a la sugerencia de una bella chacasina voy a tener que hacer otras cosas como, recordar los buenos tiempos de chacas. O algo por el estilo.

Primeramente lo que puedo decir de chacas y en especial de Wichganga es que:

De día. vez el río fluyendo suavemente, escuchas las hojas murmurando con el viento, escuchas a los puchuysancas (pájaros), y sientes la lluvia sobre ti.

Al atardecer. Sientes el soplo del viento, a la distancia, escuchas el sonido del río.

De Noche. sientes la soledad, el hielo cae un poco al pie de la montaña. Hay silencio hay paz, y de repente cambias de velocidad dentro de ti, respiras hondo, y dices. ¡Oh! No, hay tanta belleza en el mundo, pero estoy solo, y te preguntas ¿habrá personas como yo en otros lugares? (tenía 4 a 6años en aquel entonces).

Recuerdo que mis hermanos y yo, nos quedábamos sólo en la puna, con las lágrimas en los ojos al ver desaparecer a mis padres por el horizonte de cachipampa, ellos a veces regresaban luego de varios días. Teníamos 18 perros que nos acompañaba, más de 100 conejos para comer, bastante chancho del señor Cornelio Aguirre, leche en abundancia, miel de Horunguy (una especie de abeja), papa, trigo. Etc.

Nos levantábamos muy temprano, para ordeñar la vaca, sacar de su corral, preparar el desayuno, y luego a jugar todo el día y todos los días, de cuando en cuando subíamos a la parte más alta de los cerros pensando tocar el cielo, en las noches venía el puma a llevarse los chanchos del Sr. Cornelio, su maullido nos asustaba mucho, pero asegurábamos bien la puerta antes de dormir. Teníamos un corderito negro con blanco a lo que llamábamos panchito era una mascota bien tierno, le dábamos leche todos los días, jugábamos y le engreíamos demasiado, poco a poco fue creciendo hasta que se convirtió en pancho, gordo y robusto que se tomaba un balde de leche y muchas veces nos dejaba sin desayuno. Empezábamos a tenerle miedo porque nos corneaba muy fuerte, una vez estuvimos a la orilla del río, vino directamente a hacia nosotros y nos empujó al rio, lo único que recuerdo es, que me sostuve de las hiervas que crecen en la orilla del río y nunca más supe nada de panchito.

A veces llegaban personas trayendo trigo, maíz, choclo, para canjear con papa, leche y conejo, otras veces llegaban los mineros con sus escarabajos, en épocas de siembra y cosecha de papa el señor Cornelio venía con sus dos camiones lleno de gente, y como era usual venían también por los toros bravos para la corrida de la fiesta del 15 de agosto que se celebraba en chacas. Para nosotros, esas visitas era nuestra fiesta, nos llenaba el alma y nuestro espíritu se regocijaba profundamente, porque luego de ello todo quedaba tan silencio, como cuando queda chacas luego de la fiesta. Para nosotros esas visitas, era de gran provecho, porque después de ver el auto y el camión, teníamos la mente ocupada tratando de reproducir con arcilla, pieza por pieza cada parte del camión, primero hacíamos las llantas, la carrocería, etc. Una vez terminada lo dejábamos secar y luego quemábamos para que adquiera color y al final teníamos nuestros propios camiones, a veces también hacíamos vacas, caballos, toros, venado, etc. Por cierto, uno de mis venados de arcilla se cayó al río de cachipampa, casi me caí al rio tratando de rescatar, tuve suerte, pero mi venado no, lo perdí y extrañé por mucho tiempo. Ya no quería hacer más juguetes, pero como no hay mal ni bien que dure por 100pre, me recuperé luego de varios días del inmenso dolor, para dedicarme en esta ocasión a sacar miel de Horunguy de un viejo tronco wiscur, después de ello recogíamos sapos para nuestra mascota.

Sentíamos mucha curiosidad, por las cosas nuevas que traían nuestros padres al regreso de su viaje, queríamos ver a las personas que hablaban por la radio, destrozábamos, los juguetes, la radio, ect. Mi papá tenía una retrocarga, y todos los días fundíamos plomo para ir a cazar venado. Otras veces íbamos a pescar y otras a verificar las vacas del Sr. Cornelio que se encontraban al pie de la montaña, realizábamos un largo viaje hasta: Hichick Librún, Jatún Librún, Pargash y Otorongo, le quería mucho a mi padre, no me cansaba de acompañar todo ese recorrido. Que al recordar en estos momentos, mis ojos empiezan a lagrimear un poco. Realmente, recuerdo como si fuese ayer todo ese recorrido, principalmente el viaje a Otorongo que cuando llegué, encontramos usa especie de campamento techado de calamina, abandonado, lleno de hiera, y nido de los pájaros, los sentí el silencio, fue como si el dueño de la casa se hubiese mudado hace mucho tiempo. ¿Quien vivía pregunté a mi padre?, nadie, fue su respuesta. El Sr. Cornelio mando a construir para el refugio de sus vacas me respondió.

Seguimos caminando hasta a la laguna, al llegar, nos sentamos a contemplar: el paisaje, las cataratas, los patos nadando, las aves sobrevolando y emitiendo sus enérgicos cantos como quien nos daba la bienvenida, de pronto pasa un avión emitiendo un sonido tan fuerte producto del eco. ¡Mira una ave grande! exclamé, no es un ave me dice mi padre, con una voz sereno ¡¿Entonces?! Es un avión me responde (otra sorpresa para mi curiosidad).

Debo admitir que todo ello fue algo inolvidable, una huella que marcó mi historia y mi personalidad, la contemplación de ese paisaje junto a mi padre. Fue como un hormigueo en la columna vertebral, una débil sensación de que hay demasiada belleza en el mundo. Que a veces piensas que quisieras ver todo a la vez. Decir a la vez, todo lo que sientes, quisieras vivir todo a la vez, y compartir como si fueras a morir mañana.

Luego de esa experiencia, estaba inquieto, sentía una gran curiosidad de saber: quién creó las aves, al pato, la laguna, el avión el carro, etc., me preguntaba, ¿de dónde vienen las personas a visitarnos?, ¿cómo será el lugar de donde viene ellos? Estas preguntas me obligaron a seguir a mis padres cuando se iban a trabajar a Chacas y a mis hermanos cuando se iban a estudiar a Pompay.

A medida que íbamos creciendo la separación con mis hermanos era inevitable, porque tenían que ir a la escuela desde Wichganfa hasta Pompay, para llegar a las 8:00am salía a las 5:00am, y recordaran ustedes, en ese tiempo se estudiaba todo el día. Yo me sentían más solo que nunca y a veces lloraba con desesperación cuando ellos se iban, no se imaginan el dolor tan intenso que uno siente y a esa edad en un lugar tan solitario, no se imaginan que tienes que permanecer todos los días con la mirada hacia el horizonte de cachipampa esperando que se aparezcan tus hermanos y con su grito ¡¡¡ula, ula, ula, ula!!! Como señal de su llegada, y cuando llegaban, todo era felicidad que no quería que me separen de mis hermanos, pero era inevitable quedarme solo al día siguiente.

Recuerdo que una mañana, empecé a jugar con la escopeta de mi padre, no había nadie, mi papá había salido, hasta que casi me mato, hice un disparo, me asusté muy fuerte, recuperé la conciencia y salí al patio a echar un vistazo, sólo quería que mi padre no haya escuchado, cuando llegó me castigó muy fuerte, el fue injusto conmigo, porque él tenía la culpa por dejar su escopeta cargado. Una semana después empezó a doler mi muela se hinchó mi cara y lo último que recuerdo es cuando el doctor me puso anestesia y me sacó la muela. Fue el resumen de mi infancia y una parte de mi niñez en Wichganga……

A veces escuchas decir, que toda tu vida pasa frente a ti, el segundo antes de morir, pero, ese segundo no sólo es un segundo, continúa por siempre como un océano de tiempo. Para mí fue vivir tan intensamente en Wichganga contemplando el paisaje acompañado del silencio y la soledad. Que ahora de no ser por la sugerencia de una la bella dama, tal vez, nunca hubiera recordado esos momentos.

¿Qués es la realidad?

El cine de los últimos tiempos ha presentado dos películas que hablan, muestran y ponen en metáforas llamativas la alegoría platónica.

En Truman Show, Truman es una persona que ha nacido y se ha criado en un inmenso set de cinematografía. El desconoce esto. ¿Qué sabe Truman de la realidad? Que la realidad es el lugar en el que vive, que la realidad es lo que ve. Pero su esposa, sus amigos, el lugar donde trabaja, y la ciudad entera y sus alrededores son un simulacro. El mundo real está afuera, y un director ha creado esta vida de apariencia para él. Aunque varias personas que vienen del mundo “real” intentan advertirle acerca de la situación, Truman se niega a creerles, y, su gesto azorado se presta a la interpretación de que no sólo no les cree, sino que, además, ni siquiera comprende de qué le hablan.

Como los encadenados desde que nacen en la caverna platónica, su realidad es la caverna del set cinematográfico. Truman es prisionero de una vida “irreal”. ¿Pero es así? ¿La realidad está afuera? ¿Truman es prisionero de una vida de apariencias o todos aquellos que miran su vida, día a día, a través de la televisión, son también prisioneros de su propia vida de apariencias? Quizá, ni unos ni otros sufran el acoso impertinente de lo que parece ser y no es.

En Matrix el protagonista sospecha que lo que vive no es la realidad. Busca incansablemente, hasta que aparece alguien que lo guiará en su salida de la caverna, una vez más. El personaje elige tomar una pastilla especial para ver la realidad, y una vez que el gesto se ha consumado, y luego de diversas manipulaciones, ingresa en la Realidad. Un mundo increíble, espantoso, donde son criados fetos en campos en los cuales luego se los cosechará para dar energía a las máquinas: nuestro hombre asiste perplejo a un escenario que en nada se parece al mundo aparente en el cual ha vivido.

Tanto la salida del set, por decisión, que realiza Truman en el final de la película, como la salida del “útero-máquina”, que realiza el personaje de Matrix, constituyen la salida de los que intentan vivir en armonía con los demás y el ecosistema. Rotas las cadenas, acceden a un mundo de plenitud.

Tales eventos sean posibles porque los realizadores de ambas películas las sostienen sobre los supuestos mínimos de la existencia de dos mundos, y de que hay una Realidad que, de alguna manera, es siempre mejor, más elevada y más buena que este mundo en el que vivimos. Las viejas-nuevas preguntas acerca de qué es la realidad, qué es la verdad, qué es lo que vemos, y cómo la metáfora es constitutiva del mundo, atraviesan nuestra cultura. El cine es una manera de mostrar nuestras preguntas de ¿Cuál es el propósito de la vida?, una y otra vez. La angustia de Truman al preguntarse cuál es la verdad, es nuestra angustia. La pregunta en Matrix acerca de cuál es la realidad, es la anciana pregunta de ¿Por qué la sensibilidad humana desvanece?,. La acción del cine y la politización de estos temas (su ingreso en la polis del mundo) son una producción metafórica que constituye, una vez más, nuevas redes de significantes posibles para producir, cada vez, preguntas poéticas que nos hablen acerca de nuestra cosmovisión y del entrecruzamiento productivo con otras cosmovisiones. Para seguir buscando esa armonía que es el único que nos pueda salvarnos de nosotros mismos.

Una Pequeña Reflexión para la Humanidad

Vivimos en un mundo donde el fin supremo de la prensa, la televisión, y todo tipo de medios de comunicación. Es llenar el cerebro de millones de información que estimula el deseo sexual, las vanidades, el ego personal, etc. Nos bombardean con estupideces, farandola y chismes. Para luego manipularnos a su antojo en base a nuestros deseos, nuestras emociones, etc. Para luego vendernos videos pornográficos, pastillas anticonceptivos, preservativos, y todo tipo de vanidades.

Como resultado de todo ello tenemos:

1) Las adolecentes violadas y asesinadas por grupos delincuentes, que hundidos en su hastío aburrimiento, buscando fugarse de la realidad, embrutecen sus cerebros con drogas, alcohol y cigarro; jóvenes inconscientes que han estructurado sus vidas para ultrajar, robar y asesinar a sus semejantes.

2) Perdido nuestros principios, valores y la sensibilidad humana, nuestra personalidad variable en función al dinero, nuestras palabras carecen de valor ante el poder del dinero.

3) Profesionales robots cuyo único fin es satisfacer sus necesidades primarias, secundarias, sexuales y vanidades a costa del sacrificio de los demás.

¿Es acaso el resultado de nuestra lucha por el quién tiene más y vale más?

¿Es acaso el resultado de la civilización moderna que estamos construyendo?

¿Es acaso el resultado de nuestro crecimiento económico que tanto nos vanagloriamos?

¿Es acaso el resultado por el que papá y mamá trabajan tanto para poder sobrevivir?

Razón tuvo Vallejo al decir, que:

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,

la resaca de todo lo sufrido

se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Realmente hay golpes tan fuertes que, por más fuerte que seamos son capaces de arrodillarnos y tenernos sometido y humillado. No quisiera que a nadie de ustedes le suceda.

Digo todo esto, porque, la estoy viviendo en carne propia, y si lees con detenimiento cada una de estas palabras escritas aquí, que no sólo son signos sin significado, sino que son veces vivientes que recuperaran su valor en la medida en que tú pones la atención, para comprender que:

Transcurrimos toda una vida luchando por una serie de cosas con el afán de llenar nuestro gran vacío existencial, tener por simple hecho de querer ser más que los demás a través de acumular mayores riquezas: una casa, automóvil, viajes, ropa y extraordinarias cosas para los hijos, pero ¿Qué heredamos al mundo? ¿Cosas cuantificables y consumibles o valores existenciales que trasciendan en los hijos? ¿Tendrá algún sentido ganar un alto salario, dirigir una empresa productiva, tener una economía nacional bonificable cuando el resultado final es la frustración, corrupción, dilincuencia y muerte? ¿Cuándo el resultado final es el atropello de los derechos de los demás? ¿Tendrá algún sentido tener éxito económico, ser el prototipo del buen triunfador con auto deportivo y una gran colección de tarjetas de crédito? ¿Qué sentido tiene poseer bienes materiales cuando en el fondo solamente somos miserables espirituales? Sin sensibilidad humana. Que no nos importa si sufren o no nuestros semejantes, porque mientras no nos es útil, no tiene valor y no vemos con ese gesto de amabilidad hipócrita.

El conflicto de nunca acabar entre materialistas e idealistas

Al vivir en un universo sin sentido donde ocurren acontecimiento que la mente humana no puede comprender, el hombre desde sus inicios ha intentado dar una explicación del por qué de las cosas: a través del arte, la religión, la filosofía y la ciencia. Con lo que ha tratado de aumentar gradualmente su conocimiento hasta el punto más alto que la mediocridad de su espíritu y la corta duración de su vida lo puedan permitir alcanzar.

Nutriéndose de la lectura de los buenos libros, que es como una conversación con los hombres más selectos de los siglos pasados, que comparten sus mejores pensamientos con el propósito, de que cada uno de nosotros conduzcamos nuestras propias vidas por el camino correcto y poder juzgar nuestro modo de vida más cuerdamente y no creer que todo lo contrario a nuestro modo de pensar y vivir, sea ridículo y opuesto, como suelen hacer los que poco conocen, y los que quieren imponer sus ideas.

Por ejemplo, si revisamos bien la historia, hemos venido hasta la fecha en un conflicto de nunca acabar entre materialistas e idealistas.

La búsqueda de lo divino y la búsqueda del conocimiento de la verdad, salieron de la mano en los neblinosos tiempos de la antigüedad. En la antigua sumeria había un dios de la astronomía, un dios de la agricultura, y un dios de la irrigación y, los sacerdotes del templo eran los escribas y los teólogos que investigaban esas esferas del conocimiento. En la antigua Grecia los filósofos se preguntaban del por qué estamos aquí, desarrollaron teorías del átomo, de los movimientos de los astros y la ética humana.
En Europa durante la edad media, la iglesia alcanzó una posición de poder supremo, era influyente, poseía tierras y era la proveedora de la verdad, la iglesia se quedó con el derecho de ser la única conocedora de todo, el dogma era la ley.

Pero la ciencia había avanzado y cuestionaba el dogma de que la tierra era el centro del universo Copérnico, Bruno y galileo sintieron la mano dura de la iglesia, (fue una verdadera tragedia con la santa inquisición). Como la iglesia no podía seguir resistiendo a la ciencia, se dividió con esto el conocimiento y el esfuerzo humano, Descartes inventó el dualismo, la iglesia se quedó con lo que no se veía, la ciencia con lo que sí, había nacido el materialismo (Una tregua precaria), los científicos ya eran libres y se tomaron la venganza. Lo que no se ve es pura fantasía, ¡engaño!, no somos más que maquinitas en un universo predecible y regulado por leyes absolutas e inmutables. La iglesia contraataco y condenó a los desalmados científicos al infierno, Darwin replicó, no hay creador en ninguna parte, somos mutaciones aleatorias, simples portadores de la incesante búsqueda del ADN en un universo sin sentido. Mientras que la ciencia y la religión habían topado con un muro y no avanzaban. ¿Si todo era mecanicista y dios era el santo creador cuál era el papel de los humanos?, la ciencia seguía investigando en un universo muerto y a partir de ahí se topó con un misterio, en los rincones diminutos del espacio y del tiempo los científicos encontraron una energía inconmensurable y misterios que nublaban el entendimiento, misterios que sugieren que todos estamos relacionados, que el universo físico es en esencia no físico, y que el tiempo y el espacio no son más que conceptos de esa inmaterialidad, ahora científicos renegados se reúnen con líderes religiosos y se celebran congresos en la que se comenta un entendimiento entre la ciencia y el espíritu, de la misma forma que el siglo XX abrió de par en par una visión mecanicista, ¿podrá el siglo XXI derivar el muro de hierro que hay entre la iglesia y el laboratorio?