Dime qué piensas y te diré quién eres, probablemente esta frase sea correcta desde el punto de vista de que hay algo en el hombre que le empuja hacer, lo que hace, es decir, la mente humana siempre estará orientado en algún objetivo que tengamos, si contemplas el universo siempre querrás comprender cómo funciona, si amas la música tu vida se expresará en ella, si amas a tu familia, trabajaras duro para el bienestar de ellos, si amas a tus semejantes serás feliz en la medida en que ellos lo sean, si piensas en ti, trabajaras para satisfacer tu ego. Entonces creo yo, que hacer lo que a uno le gusta es realmente sentirse vivo, es estar aquí tan consciente de lo que nos sucede.
Pero en un mundo en la que nos encontramos sumergidos, bombardeados por millones de byte de información, donde nos dicen lo que debemos hacer, lo que nos debe gustar, en un mundo donde todo está establecido. Ya, casi nadie opta por hacer lo que anhela, ni buscar lo que ama.
Porque desde la escuela nos dicen, que debemos estudiar, ingeniería, derecho, medicina humana, etc. es decir, carreras de mayor rentabilidad para obtener un empleo bien remunerado. Entonces el concepto de dinero, se crea en nuestro cerebro, y así descubrimos nuestro objetivo, y viviremos el resto de vida que nos queda, en la búsqueda incansable de mucho dinero. Obviamente nunca estaremos satisfechos con la cantidad que consigamos.
Y eso es la razón, por lo que optamos elegir carreras profesionales de mayor demanda, nos sacrificamos tanto, desafiamos la complejidad de los problemas de la matemática, física, química, etc. Pero el vacío es, ¡no sabemos para qué rayos sirven!. Al menos somos orgullosos porque logramos ingresar a la carrera que quisimos. Luego en la universidad las cosas cambian, nos damos cuenta que la carrera que elegimos, no es lo nuestro. Si reprobamos algún curso por tercera vez, pagamos a alguien que nos suplante, entonces comienza nuestra destrucción, uno de mis amigos decía, ¡Que dios me libre de que alguien me lo resuelva un problema, menos cuando estoy con mi flaca! Para otros es algo normal.
Y así, mal o bien, logramos terminar la carrera. Ahora, nos toca enfrentar el mundo laboral, y nuestro ingreso a él, tiene que ser por alguien conocido o algún familiar.
Y como ya estamos acostumbrados al mundo de la compra y venta de conciencias, no es tan difícil, sólo es cuestión de tener dinero e influencia, (tuve un amigo al que le ofrecieron el puesto de secretario en el poder judicial, pero él lo rechazó por la forma, se dio el lujo de estar misio por unos meses, sólo por sus principios). Con ello logramos conseguir el empleo, pero ocurre que, nos damos cuenta, no nos gusta el trabajo. Y nos desempeñamos de la peor manera, nos sentimos obligados a trabajar, nos sentimos esclavizados, nos cuesta levantarnos, renegamos de todo, llegamos a casa cansados, levantamos a las personas que amamos. Y lo único que nos queda es, vivir el resto de nuestras vidas, amargado, aburrido e indiferente a los problemas que ocurren a nuestro alrededor.
Entonces, y es mi opinión, que si alguna vez podamos vivir en armonía con las plantas, los animales y los demás, donde la amistades sean sinceras, donde un amigo sea un hermano, donde podamos ser realmente felices. Ese día será, cuando cada persona haga lo que anhela hacer, cuando vivimos con lo que amamos. Y eso se dará cuando llegue alguien y nos haga ver, lo maravilloso de nuestra vida, de nuestro ser, de nuestra inteligencia, porque cada personas es increíblemente inteligente. Supongo que eso puede darse a través de un programa, una emisora, un prensar, etc., realmente educativo. Pero por estas épocas, ese tipo de programas no creo que la gente tome importancia. Porque la sensibilidad humana ha recibido mucho daño, que nos costará sacrificio de muchos años y de futuras generaciones. Las cosas no van a cambiar, cuando le quitamos a los que tienen más, para compartir con los menos favorecidos, el hombre no ha nacido, para ser mendigo, tampoco para ser amo de nadie, pero lamentablemente, siempre ha habido personas sometidos y los que han sometido, pero al final todos tenemos el mismo destino.
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